A un año del primer caso de Covid 19 en RD, los indicadores son óptimos pero no hay liderazgo en el sector. La destitución del ministro de salud el pasado viernes fue un mensaje. Demasiado ruido en un área en extremo sensible.
Las jeringuillas fueron el último antes sonaron las adquisiciones de antígenos, los seguros y las pruebas PCR. En entorno del doctor Plutarco Arias se pasó de contento y el ministro no resistió el embate.
El hecho de que a esta hora no haya sustituto da cuenta de que la sustitución era una urgencia para el presidente antes de la rendición de cuentas. El equipo de salud de Abinader es su punto más débil.
Ni Arias ni Mario Lama tenían experiencia acumulada en un sistema de salud que hacía aguas sin el Covid y que como todo en el Danilismo que se fundamentó en un esquema de negocios. El Covid-19 arrodilló a los grandes y a esta media isla bien que puede arrastrarla.
El gobierno de Abinader solo puede enfrentar la mafia alrededor de la salud con un liderazgo fuerte, iniciando una investigación profunda de todo lo que ha pasado y dejando claro que la salud no es un negocio sino un derecho.
Altagracia Salazar le responde a Leonel Fernández en el minuto 20:58 del video:
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