Desde el Ministerio Público informó de los resultados de la Operación Coral, la pastora Rossy Guzmán ha estado en el centro de la investigación.
A la religiosa se le acusa de servir como vínculo administrativo de las compañías de Rafael Núñez de Aza, señalado como el “cerebro financiero” del supuesto entramado, y del jefe de seguridad del expresidente Danilo Medina, Adán Cáceres Silvestre, acusado de encabezar el referido grupo.
En la audiencia de este miércoles Ministerio Público afirmó que la relación comercial entre Guzmán y Núñez de Aza empezó en 2006 con la creación de la empresa Inverosa, donde la pastora tenía el 85 por ciento.
Igualmente afirmaron que la misma continuó con la fundación de Único Real Estate S.R.L., que a su vez fue constituida como base de la empresa CSNA, que está bajo el nombre de Núñez de Aza y Cáceres Silvestre.
Las autoridades indicaron que el objetivo del entramado era ocultar los presuntos bienes ilícitos adquiridos por los imputados, para ser posteriormente introducidos al mercado, a través de Único Real Estate.
En esta compañía Rossy Guzmán tiene el 60 por ciento de las acciones y su hijo Tanner Flete Guzmán, posee el resto.
Además, el Ministerio Público aseguró que el rol de estas compañías era “blanquear” las supuestas actividades ilegales del grupo, en instituciones como el Cuerpo Especializado de Seguridad Turística (Cestur) y el Cuerpo Especializado de Seguridad Presidencial (CUSEP).
Similarmente indicaron que Único Real Estate, a pesar de que mantenía la fachada de una compañía de compra y venta de bienes raíces, sólo se dedicaba a la adquisición de bienes, ya que no hay reportes ninguna actividad comercial que caracterizan a estas empresas.
El Ministerio Público también aseveró que Rossy Guzmán y su hijo no solo eran los únicos accionistas de la mencionada compañía, sino que también eran sus únicos empleados.
Por igual, ambos trabajaban en el CUSEP bajo las órdenes de Cáceres Silvestre, quien fue el titular de esa entidad durante los gobiernos de Medina.
Sin justificación
Otra acusación en la que se centró el Ministerio Público fue la de que, en su estimación, ni la pastora ni su hijo podían justificar el hecho de que ambos presidían una compañía con tantas actividades de compra como lo es Único Real Estate, sin exhibir los bienes que corresponderían a los dueños de una empresa como la anteriormente mencionada.
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