Bajó 20 libras y luce “demacrado”, según Balcácer
Carlos Balcácer critica que presos preventivos sufran las mismas consecuencias físicas y mentales que aquellos que están condenados
El exprocurador general de la República Jean Alain Rodríguez, imputado de ser la cabecilla de una red de corrupción desmantelada por la operación Medusa, ha perdido 20 libras y luce “demacrado” luego de pasar dos meses en la cárcel de Najayo, indicó ayer su abogado Carlos Balcácer.
El representante legal explicó que la reducción de peso de su cliente, que cumple prisión preventiva desde el pasado 14 de julio, se debe que en Najayo la alimentación “no es la adecuada ni para él ni para los demás”, puesto que se trata, según el abogado, de una dieta sin proteínas.
“El que entra a prisión preventiva, que no es condenado, padece los rigores de una alimentación deficitaria. Entonces, eso se traduce en un adelgazamiento”, apuntó.
Recordó que en ese centro penitenciario, situado en San Cristóbal, no se permite que los allegados les lleven alimentos de ningún tipo a los reclusos.
Reveló que su defendido se encuentra en una celda relativamente espaciosa junto a otros internos y que solo le permiten salir por una hora al día para tomar sol y ejercitarse.
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Cero “oportunismo”
El abogado del exfuncionario afirmó que su defensa trata de sacarlo de prisión a través de una decisión judicial, y no mediante un “oportunismo procesal”, como sería una cuestión de salud.
“Nosotros tenemos como norma que él (Rodríguez) no salga a centros médicos, a no ser que se trate de un cuadro de emergencia”, aseguró.
Manifestó que los defensores del exprocurador general de la República no quieren que “se malinterpreten los temas de salud como oportunismo procesal para llamar la caridad pública”.
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Prisión preventiva como excepción
El abogado Carlos Balcácer recordó que debido a que los reos preventivos sufren los mismos “estragos” físicos y mentales que la cárcel suele producir en las personas condenadas, es que los tratadistas del derecho penal y la Constitución describen la prisión preventiva como una medida de coerción que solo debe imponerse de manera excepcional.