El lunes pasado el ex presidente Leonel Fernández volvió a dar cátedras de conceptualización en una entrevista televisiva. Desde esta modesta tribuna recordamos los hechos más relevantes de la gestión de Fernández que muchos insisten en olvidar pero que el tío Google que parecer ser muy terco recuerda con mucha claridad.
Nosotros recordamos a los Tucanos, la SunLand, la enorme riqueza acumulada por su hombre de confianza y hoy senador Félix Bautista, la destrucción de la industria azucarera estatal, un proceso de privatización dudoso, un país al que dejó con la peor educación del mundo. No hablamos de economía ni recordamos el déficit del 2008 que muchos asocian a la reelección.
No hablamos de la reforma constitucional que impulsó en el 2010 y que en lo fundamental personalizó el poder presidencial sobre la justicia al incluir al procurador en el consejo de la magistratura y otorgar un voto calificado al presidente. Tampoco hay que creer que la modificación que le permitía la vuelta al poder no fue pensada.
Si alguien duda de eso preguntele a Google por los eventos del metro Country Club donde el Danilismo le dobló el brazo en el 2014. La cabeza del líder de Villa Juana entiende que los demás no tenemos cabeza, pero aun sin cabeza vimos los efectos de su reforma en aquel incidente en que el hoy preso YANALAN Rodríguez (Jean Alain Rodríguez) intentó destruir la carrera y la vida de Miriam Germán. Eso señores es obra de la constitución de Leonel y de su inocencia porque debe ser una de las pocas personas que cree que el funcionario designado por él es independiente por más papeles que lo digan.
Fernández que creía a ojos cerrados en los números de daba el Banco Central gobernado por la misma persona ahora cuestiona esos números y dijo que “Este Gobierno no vamos a salir de la crisis, porque vive en una burbuja”, argumentando que el crecimiento del PBI real alcanzó 4.7% en 2021y no 12.3% fruto de un rebote estadístico. Hoy el Listín Diario que no es un medio que le adversa destruye esas aseveraciones en el análisis de importantes académicos. Lo único que se me ocurre es decir que el mareo de su verborrea intensa y su auto asignada capacidad de conceptualizar muere ante la memoria de Google.
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