Crédito imagen: news.com.au
Conor McGregor se transformó por completo en el octágono del Madison Square Garden, salió sereno, cauteloso, con un plan de pelea que ejecutó a la perfección y una vez más respaldó con hechos sus palabras,
derrotando a Eddie Alvarez (28-5) por nocaut en el segundo round y escribiendo su historia como el primer peleador del UFC que mantiene dos títulos en diferentes divisiones al mismo tiempo.
Con su victoria, el irlandés se fajó el cinturón de peso ligero en la velada histórica del UFC 205, que marcó el regreso de las artes marciales mixtas a Nueva York y sirvió para festejar el aniversario 23 del UFC en una noche electrizante que tuvo tres peleas de campeonato.
McGregor (21-3), que había dicho que haría una anuncio tras la pelea, tomó el micrófono, más bien lo arrebató, y dijo que “me gustaría aprovechar este momento para disculparme… con absolutamente nadie, porque el doble campeón hace lo que se le dé la gana”.
Ahora Conor presume los títulos de peso pluma (145 lbs.) y peso ligero (155 lbs.).
El primer round comenzó con algo de estudio por parte ambos peleadores, pero fue McGregor quien conectó certero con un zurdazo que envió a la lona Alvarez, que se alcanzó a rehacer, pero el daño estaba hecho.
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El irlandés, que lució muy relajado, siempre en control y en excelente forma física, llevó una vez más a su oponente a la lona en el primer episodio para llevarse de manera clara el round.
Para el segundo asalto, Alvarez alcanzó a McGregor con la derecha y buscó llevar la pelea a la lona, pero fracasó ante la gran defensa del irlandés, que cuando estuvo contra la “pared” pudo salir y contragolpear como una cobra al acecho para fulminar a su rival con la zurda demoledora que tiene y rematar en la lona a Alvarez hasta que el réferi detuvo el combate.