Los rebeldes hutíes del Yemen, acusados de recibir apoyo de Irán, han amenazado con una «respuesta rápida y directa» contra Estados Unidos, después de que Washington matara en un bombardeo selectivo en Irak a Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución iraní.
Uno de los dirigentes del movimiento rebelde, Mohamed Ali al Huti, miembro del Consejo Presidencial de los hutíes, aseguró en su cuenta de Twitter que «la decisión y la solución» ante lo sucedido es una «respuesta rápida y directa contra las bases extendidas» en la zona de Oriente Medio.
Al Huti no se refirió explícitamente a EE.UU. pero con esa expresión apuntó a las bases militares e instalaciones que Washington tiene en la región, sobre todo en el golfo Pérsico, que están al alcance de los rebeldes desde territorio yemení.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores controlado por los hutíes en Saná condenó el «ataque cobarde» contra Soleimani y el vicepresidente de la agrupación armada iraquí Multitud Popular, Abu Mahdi al Mohandes, que fallecieron supuestamente junto a otros líderes chiíes.
Asimismo, aseguró que esa acción «exacerbará las situaciones tensas en la región» de Oriente Medio y «amenaza la paz y la seguridad internacional», además de «revelar una ignorancia aplicada respecto a las consecuencias de atacar a dos líderes de este nivel» por parte de EE.UU.
El general Soleimani era el encargado de las operaciones fuera de Irán de los Guardianes de la Revolución y ha estado presente sobre el terreno en Siria y en Irak, supervisando a las milicias respaldadas por Teherán en ambos países árabes y jugando un papel destacado en los conflictos de toda la zona.
La Multitud Popular informó esta madrugada de que el vehículo en el que viajaban Al Mohandes y Soleimani fue blanco de un bombardeo estadounidense en la carretera del aeropuerto de Bagdad y el Pentágono confirmó poco después el ataque, que buscaba «disuadir» futuros planes de Irán contra intereses norteamericanos en Oriente Medio.