El concurso que llevó a Rosalba Ramos a la fiscalía del Distrito Nacional se convocó lunes, dos días después, es decir miércoles se anunció la modificación de las bases y se dio el primer examen sábado.
El plan originado en el palacio nacional que se preparaba para posibles denuncias de corrupción se hizo evidente cuando fue Miriam Cabral, diputada y asistente de Danilo Medina durante más de 20 años, quien solicitó la convocatoria de consejo para cambiar a 32 fiscales titulares lo cual fue acogido dos días después por YANALAN Rodríguez.
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Esto ocurrió 6 de marzo y el 10, dieciocho fiscales presentaron un recurso contencioso-administrativo demandando la nulidad de las bases del concurso interno para la selección de titularidades, propuestas por la Dirección de Carrera del Ministerio Público y ampliadas y aprobadas por el Consejo Superior del Ministerio Público, que encabeza Jean Alain Rodríguez.
Ese recurso anda por ahí. Rosalba no se dio cuenta de eso. Apenas supo que su jefe el mismísimo YANALAN cometió alguna falta contra la ahora procuradora cuando salió a decir que las acciones eran propias de la figura del procurador.
Según Rosalba Ramos, el procurador puede creer lo que le manda un desconocido en un papelito y decirlo en publico y no puede disponer una investigación para demostrar alguna acción u omisión de un funcionario del mismo ministerio público. Súmele que Rosalba no dijo ni ji cuando le quitaron los casos de corrupción de su fiscalía porque no había investigado nada.
Desde aquí habrá que pensar que la titular de la fiscalía del distrito no sabe que la función de un procurador fiscal son procurar e investigar y que si la investigada es ella no es más que una función del ministerio publico que ella obviamente no conocía.
En el Lístin de hoy hablan de un freno en la lucha contra la corrupción por la investigación a la fiscal y parece que copiaron al ex presidente Danilo Medina que preguntó insistentemente para que le mostraran la corrupción de su gobierno que ahora emana por todas partes. Mi clase le dice a los estudiantes que una estrategia de comunicación no hace nada sino parte de lo concreto.
De una acción o acciones, de un hecho o un programa. Rosalba no tiene nada que decir y ni siquiera las bocinas pueden defenderla.