Melvin Girón Almonte, un mensajero del consorcio de bancas MJ, conducía ayer su motocicleta por la avenida 27 de Febrero y al cruzar la avenida Leopoldo Navarro, frente a Caribe Tours, tuvo el primer roce con el chofer de esa empresa, Jorge Félix Castillo.
Sería el primer altercado que sostendrían los dos hombres, quienes no se conocían y que en cuestiones de segundos sus vidas terminarían en tragedia.
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En ese instante hubo vociferaciones y patadas hacia el autobús repleto de pasajeros por parte de Girón Almonte, quien también encontró respuesta del chofer con insultos y amenazas, según informó el vocero de la Policía Nacional, coronel Frank Durán Mejía.
No obstante, Félix Castillo continuó su ruta hasta llegar al semáforo que está en la intersección de las avenidas 27 de Febrero y Máximo Gómez, cuando por segunda vez el mensajero y él se encontraron uno al lado de otro y reiniciaron la discusión.
Es ahí que, de acuerdo a testigos, Félix Castillo, chofer de Caribe Tours, no medió palabras y sacó su arma, la cual porta de manera ilegal, y mató de un disparo en la cabeza a Girón Almonte.
Luego del crimen, el chofer se mantuvo atrincherado dentro del autobús junto a los demás pasajeros que se encontraban a bordo, a fin de protegerse de una turba de motoristas y limpiavidrios que empezaron a lanzarle piedras a los cristales delanteros.
Luego de varios minutos, las autoridades lograron someter al chofer, quien por su seguridad fue llevado al Palacio de la Policía en el autobús que conducía, debido a la multitud enardecida que lo esperaba fuera con la intención de lincharlo.
El crimen provocó un gran taponamiento en el lugar, debido a que el suceso ocurrió alrededor de las 4:00 de la tarde, y el cadáver de Girón Almonte estaba en el medio de la avenida 27 de Febrero sobre un charco de sangre, y ante la mirada de decenas de curiosos y transeúntes que obstaculizaban el avance de los vehículos.
Los pasajeros del autobús también fueron llevados al Palacio de la Policía y posteriormente trasladados en autobús de la compañía.
Ninguno de ellos quiso testificar ante la prensa.
Se repite
A finales de enero de este año, otro hecho violento que involucró a un empleado de Caribe Tours, conmocionó a la sociedad dominicana.
Ana Isaura Pimentel, exesposa de Francisco José Estrella Patrocinio, fue asesinada a tiros por este en el parqueo de esa empresa cuando ella andaba acompañada de su hija de ocho años, a quien había dejado en la cafetería de la terminal de autobuses.
Estrella Patrocinio tenía un año y ocho meses laborando en Caribe Tours como seguridad en un turno interdiario de 24 horas.
Para cometer el hecho, utilizó la escopeta que tenía a su cargo y luego se suicidó haciéndose un disparo.
Un flagelo fatal
No es la primera vez que choferes se ven involucrados en crímenes por impulso o intolerancia vial.
En febrero de 2018, Fausto Miguel Cambero, atropelló, de manera intencional, a dos personas que se desplazaban en una motocicleta en la avenida Sabana Iglesia, del sector de Cienfuegos, de Santiago, una de las cuales falleció.
En diciembre de 2015, Domingo Hinojosa Ceballos, mató de dos disparos al señor Antonio Castillo de la Rosa, de 53 años, padre de la ex Miss Universo República Dominicana 2014, Kimberly Castillo.
Aquel hecho ocurrió en la avenida Juan Pablo Duarte de Santiago, cuando el camión que conducía la víctima rozó el vehículo del victimario.
Castillo de la Rosa, tras sufrir las heridas de balas, fue conducido a la clínica Unión Médica del Norte, ubicada a escasos metros donde ocurrió el hecho, donde falleció.
El padre de la reina de belleza conducía un camión e intentó rebasar a otro vehículo impactando la yipeta de su victimario.
Posteriormente el homicida enfurecido se desmontó de su vehículo y luego de insultarlo, desenfundó un arma de fuego y le hizo dos disparos. Por el hecho, Hinojosa Ceballos fue condenado a 20 años de cárcel.
Asimismo, en agosto de 2014, Heriberto Martínez (La Baraja), un chofer de transporte público, mató a otro en medio de una riña que sostuvieron, con arma blanca, en disputa por un turno de salida en la ruta de Los Mina-Sabana Perdida, ubicada en la calle Arzobispo Fernández de Navarrete.