El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) se extingue. La reducción de votos en las elecciones presidenciales y congresuales del 5 de julio reflejan una caída estrepitosa en el interés de los votantes y su entrada al círculo de partidos minoritarios, de la mano de su presidente, el canciller Miguel Vargas Maldonado.
Los cómputos finales de la Junta Central Electoral (JCE), en el nivel presidencial, indican que ese partido obtuvo 97,651 sufragios, lo que equivale a un 2.38% de los votos válidos emitidos. En 2016 se le computaron 270,450 votos, para un 5.86%, lo que evidencia undecrecimiento sustancial que impactará en sus finanzas, porque recibirá menos ingresos del Estado.
Detrás de esas cifras, que dibujan el empequeñecimiento del partido ícono de las luchas por la democracia, están los históricos enfrentamientos entre muchos de sus dirigentes que, atrincherados en sus respectivas facciones, trataron de imponer sus decisiones en distintas coyunturas políticas.
Producto de esas diferencias, en el transcurso de 81 años desde su creación en el exilio, del PRD surgieron el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el Partido Revolucionario Independiente (PRI), el Bloque Institucional (BIS), el Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD), y el Partido Revolucionario Moderno (PRM).
Aunque esas fragmentaciones debilitaron al PRD con el paso del tiempo, nunca tanto como en la era de Vargas Maldonado, que se caracteriza por sus vínculos con el oficialista PLD.
De empresario a político. Vargas Maldonado, ingeniero y exitoso empresario del sector inmobiliario, ingresó al PRD en 1982, en cuyo gobierno ocupó la dirección del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo.
Reapareció en la escena política en 1997, como aspirante a la alcaldía del Distrito Nacional, postulación que fue ganada por el merenguero Jhonny Ventura. Luego, con la llegada al poder del expresidente Hipólito Mejía (2000-2004), fue designado como ministro de Obras Públicas.
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La derrota sufrida por Mejía en sus intentos reeleccionistas en 2004 puso a Vargas Maldonado en la fila de los presidenciables del PRD.
Conforme a esa trayectoria en 2008 se convirtió en candidato a la Presidencia, elecciones en las que obtuvo el 41% de los votos. Sin embargo, el ganador fue el expresidente Leonel Fernández, quien lo superó con un 53%.
Las corbatas azules.
El PRD y el PLD fueron dos partidos antagónicos hasta el 15 de mayo de 2009, cuando el expresidente Fernández y Vargas Maldonado firmaron el denominado “Pacto de las corbatas azules”, en el que se establecieron varios criterios sobre la reelección presidencial, el régimen electoral y la nacionalidad, para aplicarlos en la reforma constitucional que se llevaba a cabo en ese momento.
Uno de los aspectos más importantes de ese acuerdo fue la prohibición de la reelección presidencial consecutiva, aunque dejaba una brecha a los expresidentes para postularse nuevamente en un contexto de alternabilidad.
Ese pacto, que no contaba con el respaldo de toda la dirigencia perredeísta, empezó a erosionar la cúpula del partido con la consecuente lucha entre facciones.
Sin embargo, el 7 de junio de 2009 Vargas Maldonado fue electo por la Comisión Política como presidente del partido.
Para las elecciones presidenciales del 2012 compitió internamente con el expresidente Mejía, quien ganó esa contienda en unas primarias abiertas que cuestionó por supuestas irregularidades.
En esas elecciones Mejía fue derrotado por el presidente Danilo Medina, lo que representó un duro golpe para la militancia perredeísta que ya llevaba ocho años fuera del poder.
Medina alcanzó un 51% de los votos y Mejía 46%.
División a la vista.
La lucha por el dominio del partido entre las facciones de Vargas Maldonado, Mejía y otros dirigentes de larga data, fue debilitando las estructuras del partido, mientras su principal opositor, el gobernante PLD, se fortalecía y copaba casi todos los espacios de poder.
La división fue inminente en febrero de 2014, cuando los opositores de Vargas Maldonado decidieron formar tienda aparte y formar el Partido Revolucionario Moderno (PRM).
Solo en la cancha. La división del PRD dejó a Vargas Maldonado solo en la cancha, lo que le permitió hacer pactos con el gobernante PLD que, dieron como resultado, el nombramiento de perredeístas en importantes dependencias.
Esos vínculos se hicieron tan fuertes que, en 2016, el presidente del PRD declinó de sus aspiraciones presidenciales para apoyar al presidente Danilo Medina y su proyecto reelecionista.
A pesar de que garantizó a sus seguidores que en 2020 tendrían su candidatura presidencial propia, volvió a pactar con el PLD, lo que trajo consigo la salida de cientos de miembros de ese partido que decidieron apoyar al PRM.