Una gigantesca mancha opaca enturbió desde hace días parte del Atlántico y ya está sobre México.
En las imágenes que captan los satélites, desde África hasta el Caribe, una nube marrón empañaba el tradicional azul o el blanco en espiral que suelen ser típicos en esa área en otras épocas del año.
Es la señal inequívoca de que otra capa de aire sahariana -una masa de aire muy seco y lleno de polvo del desierto norafricano- se movía hacia América.
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En América Latina y el Caribe se sintieron sus efectos: varios países del área han recomendado a sus ciudadanos que usen mascarillas y que se protejan especialmente los grupos más vulnerables.
En San Juan de Puerto Rico se redujo la visibilidad desde principios de esta semana.
De acuerdo con Olga Mayol, experta del Instituto de Estudios de Ecosistemas Tropicales de la Universidad de Puerto Rico, la actual nube tiene las concentraciones más altas de partículas de polvo observadas en la región en el último medio siglo.
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El fenómeno comenzó a observarse en un área del oeste de África hace una semana y recorrió más de 5.000 kilómetros hacia el Caribe, llegando a afectar a principios de semana territorio continental de América.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA) pronosticó que la columna de polvo del Sahara continuará moviéndose hacia el oeste a través del mar Caribe hasta alcanzar áreas del norte de Suramérica, Centroamérica y la costa del Golfo de EE.UU.
Varios países del área ya han reportado la presencia de polvo del Sahara y usuarios de redes sociales han compartido algunas imágenes de paisajes cambiados por la nube o de uno de los espectáculos más interesantes que produce: intensos colores en los amaneceres y atardeceres.
Venezuela fue uno de los primeros países de la región en alertar sobre el fenómeno.
El polvo africano llegó a Caracas a principios de esta semana y nubló la visibilidad de la capital venezolana.
Caracas ya experimentó la llegada del polvo africano.
El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh) advirtió que esta situación se mantendrá en los próximos días, sobre todo en la zona norte, recoge la prensa local.
En México, el fenómeno afectó a la península de Yucatán (sureste).
El doctor Luis Antonio Ladino, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Autónoma de México (UNAM), explicó este miércoles que en la ciudad de Mérida se detectó un aumento del 800% en el número de partículas que pueden ser dañinas para la salud, recoge la prensa local.
«Esta es una masa de aire bastante masiva que no habíamos visto en los últimos 50 años según los récords, es algo bastante atípico y es importante que la población esté protegida al respecto», dijo Ladino, según el diario El Milenio.
Las proyecciones de investigadores mexicanos apuntan que será a partir del 25 de junio cuando esta nube de polvo se disperse definitivamente de la zona.
Cuba también experimentó la llegada de este fenómeno, que elevó aun más las temperaturas estos días.
«En Cuba, las mayores concentraciones, según modelos globales, ocurrirán en la región oriental del país desde (…) el día 23 y el día 24, mientras que en el centro y occidente ocurrirán del día 24 al 25», explicó el meteorólogo cubano José Rubiera en Facebook.
¿De qué se trata?
Esta masa de aire seco y cargado de partículas de arena se forma sobre el desierto del Sahara al final de la primavera, el verano y principios del otoño y generalmente se mueve hacia el oeste sobre el océano Atlántico tropical cada tres o cinco días.
Cuando ocurre, suele ser de corta duración: no dura más de una semana, pero la presencia de vientos alisios en ciertas épocas del año la hace más propensa a que pueda cruzar el Atlántico y recorrer más de 10.000 kilómetros.
¿Con qué frecuencia ocurre?
La llegada a América de la nube de polvo del Sahara no es inusual y ocurre varias veces al año, sin embargo, según los meteorólogos, esta es una de las más densas que llega en el último medio siglo.
Tradicionalmente, la actividad de la capa de aire sahariana aumenta a mediados de junio, alcanza su punto máximo desde fines de junio hasta mediados de agosto y comienza a disminuir rápidamente después de mediados de ese mes.
Durante su periodo de mayor actividad, la capa de aire sahariana llega hasta Florida, América Central e incluso Texas y cubre enormes áreas del Atlántico, equivalentes a todo el territorio de EE.UU. y Canadá juntos.
De acuerdo con la NOAA, cada año, más de 100 millones de toneladas de polvo sahariano soplan entre África y algunas veces llega incluso hasta la cuenca del río Amazonas.
La capa de polvo forma una nube generalmente de entre 3 y 5 kilómetros de espesor y se encuentra a una altura de entre uno y dos kilómetros en la atmósfera.
¿Cuáles son sus efectos?
Como todo fenómeno de la naturaleza, las nubes de polvo del Sahara contribuyen en diversas formas a los ciclos naturales del planeta.
En primer lugar, el calor de la capa actúa para estabilizar la atmósfera cuando el aire cálido de la nube de polvo se eleva por encima del aire relativamente más frío y denso.
El polvo está compuesto de diferentes elementos químicos que fertilizan tanto los suelos como el océano.
El polvo mineral suspendido también absorbe la luz solar, lo que contribuye a la regulación de las temperaturas del planeta.
Los minerales contenidos en el polvo también reponen los nutrientes en los suelos de las zonas tropicales, que se ven afectados por las tradicionales lluvias de la región.
Algunos de los químicos que contiene pueden contribuir a la vida en los océanos, aunque algunos expertos han alertado de que algunos tóxicos también pueden ser nocivos para algunas especies, como los corales.
Según la NOAA, el calor, la sequedad y los fuertes vientos asociados con la capa de aire sahariana suprimen también la formación e intensificación de los ciclones tropicales.
El Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. proyectó para este 2020 una temporada ciclónica más intensa de lo habitual, pero si más nubes de este tipo se forman en los próximos meses, la formación de huracanes intensos podría verse debilitada.
¿Qué implica para la salud humana?
Uno de los efectos nocivos de la nube de polvo del Sahara está vinculado con la salud humana, dado que afecta considerablemente la calidad del aire.
El aire seco y polvoriento de la capa de aire sahariana tiene aproximadamente un 50% menos de humedad que la atmósfera tropical típica, lo que puede afectar desde la piel hasta los pulmones.
Su alto contenido de partículas también puede resultar nocivo para personas con problemas respiratorios e incluso, provocar problemas de alergias o irritación de los ojos o mucosas.
Fuente BBC Mundo